El sector agroalimentario pide que se solucione ya el conflicto que se arrastra desde hace un año con la operativa a ralentí y que afecta especialmente a este tipo de flujos.
Empresas y estibadores del puerto de Tarragona no habían alcanzado un acuerdo al cierre de esta edición para poner fin a un conflicto que dura un año y que se ha agudizado desde que Estarraco Centro Portuario de Empleo (CPE) anunciara su disolución en virtud de “la regulación de las empresas de trabajo temporal y del V Acuerdo Marco de la Estiba” el pasado mes de septiembre.
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Tarragona es la principal puerta de entrada de estos flujos del Mediterráneo occidental.[/caption]
El centro portuario de empleo, con una plantilla de 130 estibadores, hizo un segundo anuncio en enero, que paralizaba la disolución para seguir negociando con los estibadores. Sin embargo, la operativa portuaria ha continuado funcionando a ralentí, según han denunciado los operadores.
Hay un claro damnificado: el tráfico agroalimentario. Un sector que está viviendo la tormenta perfecta: los efectos de la guerra en Ucrania, la crisis de precios, la sequía y el conflicto de la estiba en el puerto de Tarragona, el primero en tráficos agroalimentarios del Mediterráneo occidental.
Y la tormenta será todavía más perfecta de continuar el conflicto en agosto, cuando llegarán las nuevas cosechas, importaciones más necesarias que en otras campañas al haberse reducido en un 50 por ciento la producción nacional por la sequía, según ha alertado un comunicado conjunto de cinco patronales agroalimentarias. Estas asociaciones denuncian que la plantilla de 130 estibadores se queda corta y que hay otros tráficos para la operativa de la estiba que pasan por delante de los agroalimentarios, como es el de vehículos, papel o siderúrgicos.
Los costes de las operativas de carga/descarga se han doblado hasta los entre 14 y 15 euros por tonelada, aseguran estas organizaciones. La larga duración del conflicto ha provocado el desvío de tráficos hacia otros puertos “que han decidido algunas importadoras de cereales por las demoras”. No obstante, los tráficos de cereales, piensos y harinas por la dársena catalana acumulan un crecimiento del 33,8 por ciento, hasta mayo, en comparación con los primeros cinco meses de 2022.
Plan de choque
Saül Garreta, presidente de la Autoridad Portuaria de Tarragona, ha anunciado un plan de choque para compensar al sector de los cereales por los sobrecostes provocados por la congestión del puerto. Se trata de una bonificación de la tasa a la mercancía (T3) para tráficos agroalimentarios hasta el máximo legal, del 17,5 por ciento al 40 por ciento. La medida está incluida en el Plan de Empresa 2024 del Puerto y, por lo tanto, ligada a la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado para el próximo año.
Además, la Autoridad Portuaria trabaja en crear más zonas de carga para incrementar la capacidad del ferrocarril en los muelles Castilla y Aragón. Recogiendo el guante lanzado por el sector, también trabaja para establecer unos protocolos que permitan dar prioridad a los flujos agroalimentarios.