La Asociación Valenciana de Empresarios, que preside Vicente Boluda, alerta del incumplimiento de plazos clave, la falta de fechas firmes y soluciones técnicas insuficientes que amenazan con mermar la competitividad logística del eje litoral, pese a los avances en las obras.
El Corredor Mediterráneo, la infraestructura ferroviaria llamada a vertebrar la fachada este peninsular y conectar con Europa en ancho internacional, avanza. Pero no lo suficiente. Así lo confirma el último chequeo semestral del movimiento empresarial y social #QuieroCorredor, impulsado por la Asociación Valenciana de Empresarios (AVE), que constata mejoras en varios tramos del trazado, pero también acumula advertencias: promesas incumplidas, obras que se dilatan sin fecha de finalización y ausencia de visión estratégica para culminar una infraestructura moderna, interoperable y útil tanto para viajeros como para mercancías.

El informe técnico marca la decimoséptima actualización del chequeo desde 2016. En él, se reconoce que el 76 por ciento de las obras ya están en ejecución, frente al 45 por ciento de 2016, y que los estudios previos alcanzan el 100 por ciento del trazado. Sin embargo, solo el 36 por ciento del corredor se encuentra en servicio, una cifra que apenas ha variado en el último año, lo que evidencia el estancamiento en la puesta en funcionamiento real de la infraestructura. Vicente Boluda, presidente de AVE, ha sido tajante: “Seguimos avanzando, pero no al ritmo que exige una infraestructura de esta magnitud. Faltan plazos claros y hay obras que llevan años de retraso”.
Una de las principales reclamaciones del movimiento empresarial es completar todo el eje entre Algeciras y la frontera francesa en doble plataforma y ancho internacional, lo que permitiría evitar transbordos y aprovechar plenamente la red ferroviaria europea. Pero, a día de hoy, esa aspiración sigue lejos de cumplirse. El dossier detalla cómo la solución del tercer carril, considerada provisional, continúa utilizándose en muchos tramos, lo que limita la velocidad a 160 km/h y mantiene una compleja convivencia entre cercanías, mercancías y alta velocidad.
La situación es dispar según el tramo. En el eje Valencia-Alicante se observan mejoras notables, con obras avanzadas en la doble vía de ancho internacional y la futura conexión con el puerto de Alicante prevista para 2027. También entre Murcia y Almería las obras de explanación progresan, aunque con múltiples condicionantes como el soterramiento de Lorca, cuya finalización ha sido aplazada hasta 2027. El tramo entre Tarragona y Castellón, clave para vertebrar el norte del corredor, avanza lentamente y aún no hay fechas firmes para completar la nueva doble vía de ancho internacional.

Pero el túnel pasante de Valencia sigue siendo, un año más, el símbolo del retraso. Denominado por AVE como “el gran cuello de botella del Corredor”, aún está en fase de estudio informativo. Su ejecución resulta vital para permitir el paso fluido de trenes de largo recorrido y mercancías por el centro de la ciudad, evitando el actual embudo ferroviario. Tampoco hay certezas sobre la integración ferroviaria en Murcia, la conexión de Almería con Granada o la llegada de la alta velocidad al puerto de Barcelona, cuyo acceso se ha pospuesto hasta 2032.
Otros ejemplos de demoras acumuladas incluyen el tramo Castellbisbal-Tarragona, cuya entrada en funcionamiento se aplaza ahora a 2026; la estación intermodal de Fuente de San Luis, en Valencia, aún en obras; o el bypass de El Reguerón en la Región de Murcia, clave para el tráfico de mercancías, todavía en proyecto. La conexión con los principales puertos, Cartagena, Sagunto, Almería, Algeciras, está en distintos estadios de ejecución, sin fechas concretas en muchos casos.
El balance desde 2016 muestra una tendencia positiva en términos generales, pero no suficiente para cumplir con los objetivos comprometidos ante Bruselas ni para satisfacer las demandas empresariales del arco mediterráneo. Desde el movimiento #QuieroCorredor, impulsado por la Asociación Valenciana de Empresarios, se insiste en que completar esta infraestructura no es solo una cuestión de vertebración territorial, sino de competitividad económica: el 66 por ciento del PIB europeo se concentra en el eje que atraviesa el Corredor Mediterráneo, y no disponer de una conexión ferroviaria moderna supone una pérdida continua de oportunidades logísticas, industriales y de inversión.
El próximo 20 de noviembre, el movimiento celebrará en el recinto Roig Arena de Valencia el octavo Acto Empresarial por el Corredor Mediterráneo. La cita, que prevé reunir a más de 3.500 empresarios y representantes institucionales, servirá de nuevo como altavoz para exigir una planificación realista, inversiones suficientes y una ejecución sin más dilaciones. “No podemos permitirnos seguir perdiendo oportunidades de inversión, empleo y desarrollo logístico”, ha afirmado Boluda.
Mientras tanto, la reivindicación empresarial persiste. La fachada mediterránea necesita más que anuncios. “Requiere una infraestructura completa, interoperable y en plazo. Y, sobre todo, necesita que el Corredor Mediterráneo deje de ser un proyecto inconcluso para convertirse, al fin, en una realidad transformadora”, señalan desde la asociación empresarial valenciana.