Los tráficos crecen a un ritmo superior al 7 por ciento gracias a la pujanza de sectores exportadores como el agroalimentario y químico que compensan el retroceso de actividades como la automoción y la cerámica.
El Puerto de Valencia está afianzando a lo largo de 2025 su vínculo con Estados Unidos en un entorno complejo, con avances en volumen y contenedores pese a la debilidad exportadora en varios sectores clave.

El tráfico entre Valencia y los principales enclaves de Estados Unidos sumó 4,27 millones de toneladas en los ocho primeros meses de 2025, con un crecimiento del 7,19 por ciento sobre el mismo periodo del año anterior. En contenedores, el flujo ascendió a 266.458 TEU, lo que representa un avance interanual del 4,95 por ciento, de acuerdo a las cifras oficiales de la Autoridad Portuaria de Valencia.
El país norteamericano se consolida como el segundo socio comercial del recinto, únicamente por detrás de China, en un contexto en el que el tráfico total del puerto registra oscilaciones moderadas. La pujanza de sectores como el agroalimentario y el químico, con incrementos de dos dígitos, está compensando el retroceso de actividades más castigadas, especialmente la automoción y la cerámica.
La automoción sigue siendo el gran punto débil en las relaciones con Estados Unidos. El tráfico de vehículos en el puerto cayó un 19 por ciento, arrastrado por el parón de la factoría de Ford Almussafes y la menor demanda de automóviles de combustión. La cerámica, por su parte, experimenta una caída del 1,6 por ciento en Valencia, lastrada por la caída de la demanda internacional.
En paralelo, los tráficos de contenedores de productos agroalimentarios crecieron un 15 por ciento mientras que los químicos repuntaron un 6,6 por ciento convirtiéndose en los principales motores que sostienen el comercio con el país norteamericano. También ganan peso los sectores del mueble, calzado, vino y productos metálicos semielaborados, que se consolidan como alternativas sólidas en un escenario de tensiones arancelarias.
El comercio exterior refleja una situación más ajustada. Las importaciones en toneladas desde Estados Unidos aumentaron un 16 por ciento mientras que las exportaciones valencianas avanzaron un 10 por ciento. La fortaleza del dólar y el encarecimiento energético siguen pesando en la competitividad de los exportadores valencianos.
En el plano marítimo, las conexiones directas con la costa Este de Estados Unidos han ganado protagonismo en los últimos meses, mientras que algunas rutas indirectas han perdido peso o se han desplazado hacia puertos secundarios. Este reajuste de las navieras responde a la necesidad de optimizar escalas en un mercado sometido a un fuerte vaivén de la demanda, explican fuentes portuarias.
La resiliencia del Puerto de Valencia se basa en su capacidad para diversificar tráficos y mantener flexibilidad operativa, destacan desde el enclave. Pese a las tensiones arancelarias y al debilitamiento de algunos sectores exportadores tradicionales, el enclave sigue consolidando su papel como puente atlántico estratégico, con capacidad para atraer nuevos flujos y sostener la relación con su segundo mercado más relevante.