La fragilidad institucional tiene efectos directos sobre el tejido productivo
La revisión a la baja del crecimiento económico prevista por la CE, que sitúa el PIB español en un 1,9% para 2025 frente al 2,1% anterior, vuelve a poner el foco sobre uno de los factores que más lastra nuestro desarrollo: la falta de estabilidad institucional.
En un contexto global incierto, España no puede permitirse añadir más obstáculos internos que ralenticen el crecimiento económico, ahuyenten la inversión y deterioren la salud de nuestro mercado de trabajo.
Esta fragilidad institucional tiene efectos directos sobre el tejido productivo, que necesita un entorno previsible, seguridad jurídica y un marco laboral flexible, incentivador de la contratación y ajeno a medidas populistas.
Sin embargo, se enfrenta a un marco regulatorio que se construye a espaldas del diálogo social, intervencionista, rígido y con unos costes laborales disparados -un 24,3% superiores a los del último trimestre de 2019-, lo que penaliza nuestra competitividad y los salarios reales de los trabajadores.
Esta incertidumbre afecta a la inversión, que busca entornos estables con normativas fruto de consensos; una confianza que hoy en España no existe. De hecho, seguimos sin recuperar los niveles de inversión privada previos a la pandemia, lo que debería activar todas las alarmas. Si los inversores no encuentran aquí las condiciones adecuadas, se irán a destinos donde sí dispongan de ellas.
Desde el ámbito empresarial reclamamos responsabilidad institucional, seguridad jurídica y un marco laboral que favorezca la competitividad, productividad y creación de empleo con menores impuestos y, por tanto, mejores salarios reales. Como eso no existe, estamos asistiendo a una desaceleración del crecimiento, del consumo privado y de la creación de empleo.
Todo ello impacta en sectores estratégicos como el logístico, motor económico y palanca de competitividad para el resto de industrias. Urge garantizar estabilidad para abordar con garantías las inversiones que exige su digitalización y descarbonización. De no corregirse este rumbo, se comprometerá el futuro de un sector clave para el desarrollo económico y social.
Francisco Aranda
presidencia@unologistica.org