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Otro ETS

La UE vuelve a demostrar que alejados están los despachos comunitarios de la calle

El nuevo Código Aduanero de la Unión (CAU) encara la recta final y habrá fumata blanca antes de finalizar el año, de cumplirse el calendario barajado por la Unión Europea. La reforma contempla medidas aplaudidas por el sector. Eso sí, los ambiciosos objetivos perseguidos por la CE al elaborar el proyecto pueden quedar, en parte, en agua de borrajas por un viejo defecto de Bruselas: lo alejados que están los despachos comunitarios a la hora de legislar de la calle.

Resulta que los representantes aduaneros europeos optan de forma abrumadora por la representación directa para despachar. Es decir, el profesional actúa en nombre y por cuenta de su cliente, el importador, que es plenamente responsable de la declaración.

Pues bien, el proyecto del Ejecutivo comunitario, que sigue vivo, contempla ventajas para los profesionales que utilicen la minoritaria representación indirecta. Es decir, el representante aduanero asume solidariamente las deudas tributarias de su cliente.

Son unas ventajas, como utilizar la nueva figura del Trust Check, contrarrestadas por el incremento de las responsabilidades que comportará la modalidad indirecta. Además de las deudas tributarias, los representantes aduaneros deberán responder por incumplimientos en materia de seguridad o sostenibilidad de su cliente, cuestiones en las que ni pincha ni corta este profesional.

Pregunta superflua: ¿Qué representante aduanero va a cambiar la modalidad directa por la indirecta? Clecat ya ha alertado de que se podría debilitar la competitividad de la UE de no modificarse el texto.

¿Les suena esta música? Tenemos en ciernes otro ETS.

Eva Mármol

barcelona@grupoxxi.com