La base logística ya existe y eso es una ventaja competitiva
La crisis del mar Rojo ha interrumpido el tráfico de una de las rutas por las que circula alrededor del 15% del comercio mundial, y nos ha devuelto a un escenario incierto que, de alargarse, provocaría un serio mazazo al correcto funcionamiento del comercio mundial. De hecho, podría generar un impacto aún mayor al que se produjo cuando encalló el buque “Ever Given” e, incluso, acercarnos a lo vivido en las primeras fases de la pandemia. Las grandes navieras se están viendo obligadas a dar un rodeo por el Cabo de Buena Esperanza, ante la falta de aseguradoras que emitan seguros para transitar por el mar Rojo, lo que está provocando retrasos de hasta 15 días en los envíos, y elevando el coste por el traslado de un contenedor de los 1.500 a los 5.000 dólares aproximadamente.
Pese a estos escollos, el gran trabajo de previsión y anticipación de la logística durante todo el año, el aumento de stocks como medida preventiva, las estrategias just-in case, los planes de contingencia o los márgenes flexibles con los que trabajan las compañías están permitiendo amortiguar el golpe de precios sobre el consumidor final. Pero si el problema persiste, en dos meses seremos testigos de un impacto clarísimo al alza en los precios.
La nueva realidad del comercio mundial pone de manifiesto la necesidad de que nuestro Gobierno plantee urgentemente soluciones estructurales (y no coyunturales), priorizando planes de relocalización de una parte de la actividad productiva, hasta ahora ubicada en países emergentes, para evitar las consecuencias de una ultradependencia que genera demasiados riesgos. España puede ser uno de los países más beneficiados de esta necesaria reubicación industrial, por lo que urge impulsar la correspondiente campaña de atracción de inversiones para la consecución de este objetivo estratégico. La base logística ya existe y eso es una ventaja competitiva.
Francisco Aranda
presidencia@unologistica.org