Marítimo  | 

Respaldo financiero para la terminal norte

El Puerto de Valencia disparará su deuda a máximos históricos para financiar el muelle de la nueva instalación automatizada de MSC, con un plan inversor que supera los 670 millones de euros hasta 2027.

La estrategia inversora del Puerto de Valencia ha entrado en una fase de máximo apalancamiento financiero para viabilizar la construcción de la nueva terminal norte de contenedores de MSC, una de las mayores infraestructuras portuarias en marcha en el Mediterráneo.

Según el Programa de Actuación Plurianual aprobado por Puertos del Estado, al que ha tenido acceso Transporte XXI, la Autoridad Portuaria elevará su deuda a largo plazo con entidades de crédito hasta los 746,3 millones de euros en 2028, el nivel más alto de su historia, triplicando los 221,9 millones de 2023. Esta evolución refleja el impacto directo de las obras de la terminal, que añadirán cinco millones de TEU de capacidad y permitirán superar los 13 millones de contenedores anuales, consolidando su posición como hub de referencia en el Mediterráneo occidental.

El cajonero “Kugira” produce los cajones del atraque.
El cajonero “Kugira” produce los cajones del atraque.

El endeudamiento se intensificará desde 2025, con una emisión de 160 millones de euros, seguida de otras operaciones de 202 y 140 millones en 2026 y 2027, respectivamente. Con esta financiación se afrontará una cartera de inversiones superior a 670 millones de euros en tres años, con un pico de 284,7 millones en 2026.

Buena parte de estos recursos se destinarán a la construcción del muelle principal de más de dos kilómetros, explanadas de 126 hectáreas, muelles auxiliares y accesos ferroviarios y viarios que forman parte del proyecto de MSC, cuya primera fase supone una inversión de 591 millones. El objetivo es disponer de un kilómetro de muelle operativo en menos de 24 meses, de forma que los primeros atraques puedan estar disponibles en 2027 y los megabuques de más de 24.000 TEU comiencen a operar en 2028.

La magnitud del proyecto se refleja también en el despliegue de medios constructivos sin precedentes. El cajonero Kugira, el mayor dique flotante de Europa, llegó al puerto de Valencia el pasado mes de julio procedente de Cádiz y desde entonces trabaja intensamente en la fabricación de los enormes cajones de hormigón que conformarán los muelles de la nueva terminal.

Propiedad de Acciona, esta plataforma es capaz de producir estructuras de más de 20.000 toneladas, y su presencia marca el inicio de la fase más compleja de las obras, lideradas por Acciona, la valenciana Bertolín y la belga Jan de Nul, responsable de las labores de dragado. La llegada del Kugira, escoltado por varios remolcadores de Boluda, simbolizó el arranque de una etapa crucial del puerto, en la que se ejecutarán las obras marítimas más ambiciosas acometidas en España.

El esfuerzo financiero se completa con la reactivación de la captación de financiación externa. El consejo de administración del puerto, presidido por Mar Chao, aprobó en julio de 2025 un proceso para captar hasta 102,5 millones en nuevos préstamos a largo plazo, casi el doble de la operación que se intentó en 2024 y no llegó a cerrarse. Las entidades participantes podrán presentar ofertas desde 30 millones, con contratos vigentes hasta 2045, un periodo de carencia hasta 2029 y amortización a partir de 2030. Con ello, la Autoridad Portuaria retoma la firma de operaciones bancarias, interrumpida desde 2007, cuando se cerraron los últimos préstamos con el Banco Europeo de Inversiones y el ICO.

Márgenes positivos

Aunque la presión de la deuda alcanzará cotas históricas, la Autoridad Portuaria prevé mantener márgenes positivos en sus cuentas operativas, con un resultado de explotación superior a 35 millones en 2028. El plan financiero se apoya además en más de 90 millones en subvenciones europeas y contempla un calendario de amortizaciones que se inicia en 2028 con una primera devolución de más de 31 millones. Este colchón, unido a una política activa de tesorería y control de capital circulante, busca garantizar la sostenibilidad financiera del enclave a medio y largo plazo.

El esfuerzo presupuestario es interpretado por Puertos del Estado como una apuesta decidida por la modernización del puerto y su posicionamiento estratégico en el tráfico de contenedores. Sin embargo, los niveles de endeudamiento marcarán un punto de inflexión en la gestión financiera de la entidad, obligando a una estricta planificación de los próximos ejercicios.

Con el respaldo financiero asegurado, Valencia afronta el reto de ejecutar la mayor obra portuaria de España y de reforzar su papel como gran puerta de entrada del comercio mundial al sur de Europa.