Tan importante será asumir nuevas competencias como reaprender permanentemente
De cada cien trabajadores, el 41% está capacitado para seguir trabajando hasta 2030; el 29% debería recibir nuevas habilidades y competencias; el 19% debería ser reposicionado, y el 11% es poco probable que reciba la capacitación necesaria para mantenerse en activo, según el informe ‘Future of Jobs Report 2025’ del World Economic Forum. Estos datos evidencian la necesidad de cualificar las competencias de los trabajadores, centrándolas en el pensamiento estratégico, la adaptación al cambio, la polivalencia, las nuevas tecnologías y la capacidad analítica con orientación a resultados.
El importante papel empleador de la logística ha traído consigo una nueva realidad empresarial, inconcebible sin tecnologías como el big data, la IA o la trazabilidad avanzada, lo que requiere de tecnólogos enfocados al negocio que reinventen operativas, integren herramientas digitales y busquen soluciones personalizadas para sus clientes, además de otro tipo de profesionales con unas mínimas competencias digitales.
Nuestro sector debe atraer y desarrollar talento, a través de una formación técnica que habilite a los profesionales para el uso eficiente de estas tecnologías y los adapte al nuevo paradigma. Este entorno caracterizado por la digitalización acelerada, la inmediatez y las nuevas formas de consumo requiere de un ‘reciclaje profesional’ a través del reskilling de habilidades. Además, esta transformación debe acometerse en tiempo récord. Tan importante será asumir nuevas competencias como reaprender permanentemente.
Pasar de mano de obra a cerebro de obra representa una oportunidad: si bien ciertos puestos desaparecerán (los más duros y repetitivos), emergerán funciones de mayor valor añadido, más cualificadas y con mejores condiciones laborales. Desde UNO instamos al Gobierno a implementar un plan moderno de formación del sector, centrado en la formación universitaria y la FP dual, que responda a las necesidades empresariales y facilite el acceso a las prácticas laborales. La formación con valor añadido real es siempre una inversión y una palanca imprescindible de productividad, sin la cual se descapitaliza al sector y se topa su crecimiento.
Francisco Aranda
presidencia@unologistica.org