La nueva terminal de la multinacional minera en el muelle Álvarez de la Campa, que estará operativa la próxima primavera, cuadriplica la capacidad para potasas de la anterior.
ICL Iberia impulsará los flujos de graneles sólidos del puerto de Barcelona con su nueva terminal, que estará operativa la próxima primavera. El consejero de Territorio y Sostenibilidad de la Generalitat, Damià Calvet, presidió ayer la visita institucional a la nueva instalación.
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Damià Calvet y Mercè Conesa, entre otras autoridades, y los máximos directivos de ICL.[/caption]
La filial de la multinacional minera cuadriplica capacidad para almacenar potasas y sales al pasar del muelle Contradique, su anterior concesión, al de Álvarez de la Campa, hasta los cuatro millones de toneladas anualmente. Los tráficos de potasas, que sumaron 617.218 toneladas el año pasado, suponen alrededor del 15 por ciento de los flujos de graneles sólidos que pasan por el enclave catalán.
La nueva terminal de ICL concentrará todos los tráficos marítimos del grupo minero, los flujos de potasa, que ya tenían como puerta de salida Barcelona, sumando los de sal, que se desvían, hasta la fecha, por los puertos de Vilanova i la Geltrú (Barcelona) y Tarragona, según ya anunció TRANSPORTE XXI, en su día. Además de ganar capacidad, la mudanza supone pasar de los 200 a los 600 metros lineales de atraque y de los 10 a los 14 metros de calado. En maquinara, la nueva terminal dispone de dos
shiploader, diseñadas ex profeso, que permiten la carga simultáneamente de un buque
panamax de 70.000 toneladas y de un segundo barco de 30.000 toneladas. La inversión privada ha ascendido a unos 77,3 millones de euros, que se suman a los aproximadamente 10 millones que la Autoridad Portuaria ha destinado a los accesos y al incremento de calado.
“Con la colaboración público-privada es como podemos tirar adelante y mejorar nuestra posición en el Mediterráneo”, señaló Mercè Conesa, presidenta del puerto de Barcelona. Con la nueva terminal y la potenciación del tren para trasladar los minerales a la dársena, “saldrá más económico el transporte del puerto de Barcelona a Brasil que de Suria (donde está una mina) a Zaragoza”, aseguró Carles Aleman, presidente de ICL Iberia. La nueva terminal va ligada al desarrollo del plan de crecimiento de ICL, evaluado en unos 400 millones de euros.