El grupo naviero endurecerá las medidas de ajustes de costes y de plantilla en 2024 para amortiguar el descenso de ingresos por el periodo de fletes bajos, sobreoferta y escasa demanda.

Maersk ha actualizado en positivo sus previsiones de tráfico marítimo para 2024, aunque el “escenario será negativo”, pero “menos malo” que 2023, que ha supuesto un parón en el desarrollo de los flujos mundiales de transporte. Respecto a sus últimas previsiones, Maersk espera un rango negativo de entre el 0,5 y 2 por ciento en sus expectativas de progresión en el volumen global de contenedores, creciendo en línea con el mercado, sensiblemente mejores a la horquilla negativa precedente de entre el 1 y 4 por ciento. [caption id="attachment_107511" align="alignleft" width="600"] Operaciones de estiba en la instalación de APM Terminals Algeciras.[/caption] Ante el contexto de crecimiento negativo, Maersk ha decidido endurecer las medidas de contención de costes en 2024 para amortiguar eficazmente el impacto de las difíciles condiciones del mercado. La compañía pasará en solo dos años a reducir su plantilla de 110.000 trabajadores a 100.000 en 2024, con la aplicación de un plan de ajuste de la plantilla en otros 3.500 puestos de trabajo, que supondrá un coste de 350 millones de dólares. Este ajuste de personal supondrá un ahorro total de costes de 600 millones de dólares en 2024 en comparación con 2023. Las medidas se toman tras conocer los resultados del tercer trimestre de A.P. Moller-Maersk, con unos ingresos de 11.380 millones de euros, frente a los 21.444 millones de euros de idéntico periodo del pasado año, “en un entorno de mercado difícil, con tasas muy lejos de su pico de 2022 y en un escenario de aumento de la capacidad”. Con estos ingresos, el grupo alcanza unas ventas en el periodo enero-septiembre de 36.985 millones de euros por los 59.919 millones de euros alcanzados en idéntico periodo del pasado año. De estos, los ingresos por transporte marítimo son los más afectados, pasando de 42.246 millones del año pasado a 21.102 millones de euros en el acumulado de 2023. Un reducción más atenuada tienen los ingresos por servicios logísticos, que pasan de 9.836 millones a 9.660 millones de euros, y la facturación de su red de terminales, que cae de 3.171 millones a 2.657 millones de euros. Nueva normalidad En este sentido, Vicent Clerc, consejero delegado de Maersk, explica que “nuestra industria se enfrenta a una nueva normalidad con una demanda moderada, precios que vuelven a estar en línea con los niveles históricos y presión inflacionaria sobre nuestra base de costos”. El ejecutivo de la naviera danesa indica que “desde el verano, hemos visto un exceso de capacidad en la mayoría de las regiones que ha provocado caídas de precios y no hay un aumento notable en el reciclaje o el descenso de velocidad de los buques”, por lo que aventura “tiempos difíciles”. De ahí que, la compañía haya tomado la decisión de acelerar “varias medidas de contención de costos y efectivo para salvaguardar nuestro desempeño financiero”. [caption id="attachment_130284" align="alignright" width="600"] El grupo danés continúa buscando nuevas oportunidades en la verticalización de su negocio.[/caption] Por su parte, el grupo danés, ante los tiempos complicados en el transporte marítimo, quiere profundizar en su estrategia de verticalización de actividades, ya que Clerc explica “seguimos dedicados a nuestra estrategia de satisfacer las necesidades diversificadas de la cadena de suministro de nuestros clientes, al tiempo que buscamos oportunidades de crecimiento en nuestro negocio de terminales y logística y servicios”. En su análisis del mercado, la compañía explica que de 2020 a 2022, la oferta de la industria logística fue interrumpida por el COVID-19, que aceleró los problemas ya existentes en las cadenas de suministro globales con un impacto significativo en el comercio mundial. Con ello, la demanda de servicios logísticos aumentó significativamente y, a su vez, las tarifas de flete alcanzaron máximos históricos “debido a la escasez de capacidad, donde la disponibilidad de contenedores y la capacidad aérea fueron escasas, y los tiempos de espera para los buques fuera de los puertos eran largos debido a los cuellos de botella en transporte terrestre y almacenamiento”, explica el grupo danés. La compañía indica que 2022 fue un año de “mercado excepcional”, con unos fletes que “alcanzaron su punto máximo en el tercer trimestre de 2022”. Después de eso, la alta demanda “finalmente comenzó a normalizarse a medida que disminuyeron las congestiones y los consumidores relajaron la demanda, lo que provocó un exceso de inventario”, llevando a caídas rápidas y pronunciadas en los volúmenes enviados y tarifas a partir de finales del pasado año. En el tercer trimestre de 2023, el deterioro de los tipos ha vuelto a cobrar fuerza esta vez como resultado del aumento de la oferta en la división de transporte marítimo. Junto a esto, la naviera alerta del futuro impacto que va a tener el Sistema de Comercio de Emisiones de la UE (UE ETS) a partir del próximo 1 de enero de 2024. La compañía no avanza cifras, pero advierte que “el coste de su cumplimiento será significativo y estará cubierto por un recargo a todas las reservas sujetas al ETS”.